Mi corazón doméstico y descalzo,
de andar por casa, de mirar el fuego
con su magia primera, de paisajes
interiores, ventanas y ventanas,
mi corazón que duerme por el día,
que siente la llamada de las tres
tiendas, que no se quiere levantar
y vuelve al escenario cada noche,
mirándote mirar se quedaría
toda la vida, si dijeras dónde.
(Rocío Arana)
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