sábado, 31 de marzo de 2012

"Éste será un poema para que lo leas muy rápido", de Lucía Aldao

Éste será un poema para que lo leas
                                    [muy rápido
(porque la velocidad era otro de los
                                    [sentimientos acordados)
y que deje separaciones entre las palabras
                                    [es un favor que te hago
a ti.
A ti todos los favores del mundo.

Éste será un poema a estrenar.

Y serán mis ojos (belleza obvia que
                                    [me concedo)
patentando juguetes por la noche siguiente,
contratando avionetas de cola que te
                                    [digan una frase
y unas cuantas intenciones:
"tus brazos son una sucursal del
                                    [paraíso",
son las terrazas en verano
besos como puzzles
las tardes de plástico
mis amigos
las risas
los sofás de toda la ciudad tapizados con
                                    [nuestras risas...


Mi amor, no innovamos nada,
pero en este placer de mil norias ascendiendo
reconozco la calidad de este amor y de
                                    [tu lengua,
me acerco robótica a tu cuerpo izquierdo
y compruebo cómo, efectivamente,
tu corazón está tocando mi canción preferida.


(Lucía Aldao)

martes, 27 de marzo de 2012

"Por la noche...", de Mihai Eminescu

Por la noche, perezoso y cárdeno, arde el fuego de la chimenea;
desde un rincón del sofá rojo yo lo miro de frente,
hasta que mi mente se duerme, hasta que mis pestañas se bajan;
la vela está apagada en la casa... el sueño es cálido, lento, suave.

Entonces tú te acercas por la oscuridad, sonriente,
blanca como la nieve invernal, dulce como un día de verano:
te sientas en mis rodillas, querida, tus brazos rodean
mi cuello... y tú con amor miras mi rostro que palidece.

Con tus brazos blancos, delicados, redondos, perfumados,
tú encadenas mi cuello, sobre mi pecho apoyas tu cabeza;
y como salida de un sueño, con manos blancas, dulces,
tú vas apartando los mechones de mi triste frente.

Alisas, despacio y perezosamente, mi frente tranquila
y, pensando que estoy dormido, astuta, posas tu boca de fuego,
como el sueño, sobre mis ojos cerrados y en medio de mi frente
y sonríes, como se ríen los sueños en un corazón amado.

Oh! Acaríciame, hasta que mi frente vuelva a ser lisa y suave,
Oh! Acaríciame, hasta que vuelvas a ser joven como la luz del sol,
hasta que seas clara como el rocío, dulce como una flor,
hasta que mi rostro no esté arrugado, mi corazón ya no sea viejo. 


(Mihail Eminescu)

Poema sin título de Angélica Freitas

Alguien quiere saber qué es metonimia
abre una página de la wikipedia
se encuentra con una cita de borges
en la que la proa representa al navío

la parte por el todo se llama sinécdoque

la parte por el todo en mi vida
este trozo de tapicería
¿es representativo? ¿no es representativo?

no quería saber lo que era
metonimia, entré en la página equivocada
quería saber cómo se llegaba
pregunté a un guarda

no quería hacer una lectura
equivocada
pero las lecturas de poesía
son equivocadas

quería escribir un poema
muy contemporáneo
sin tener que intercambiar fluidos
con lo contemporáneo

como Ronald Barthes en la cama
sólo con los clásicos

(Angélica Freitas)

lunes, 26 de marzo de 2012

"El travieso", de Francisco José Cruz

Siempre hay que recordarle al poema
que tiene que ayudarnos a escribirlo.
Su carácter ausente casi nunca
colabora con la necesidad
de decir que tenemos.
Él tiene la manía incorregible
de no expresar lo que pensamos,
de proponernos otras cosas
e incluso, con frecuencia, de callarse.

Por esto, debemos obligarlo
a escuchar cada palabra que decimos
-si es posible en voz alta-
hasta que consigamos que se siente
en la arena remota de algún folio
y con sus dedos de aire vaya haciendo
el dibujo preciso de la voz.

El poema no aguanta ahí sentado
y a los pocos renglones ya desobedece,
trazando con los pies
los garabatos que le van saliendo
a la vez que se acerca hasta la orilla
del folio y allí naufraga,
como un niño advertido del peligro
de no hacer caso a quien lo cuida.


(Francisco José Cruz)

jueves, 15 de marzo de 2012

"Soneto I" [de "Sonetos a Orfeo"], de Rainer Maria Rilke

Ahí se elevó un árbol. ¡Oh pura trascendencia!
¡Oh, Orfeo canta! ¡Oh, árbol alto en el oído!
Y todo calló. Pero aún en el callar hubo
un nuevo comienzo, un cambio, una señal.

Animales de silencio emergieron
de la selva libre y clara, desde el nido y la guarida;
y entonces se vio que no era por astucia ni por miedo
que habían permanecido tan callados en sí mismos,

sino porque escuchaban. El rugir, gritar, bramar
parecían mezquinos a sus corazones. Y allí donde
había apenas una choza para acogerlo,

un refugio hecho del más oscuro deseo
y con los pilares temblando de la puerta,
ahí, tú les levantaste un templo en el oído.

(Rainer Maria Rilke)

domingo, 11 de marzo de 2012

"Dejar la poesía", de Luis Muñoz

Por restar mientras que tú sumas.
Por llenarte de pájaros la mesa.
Por llevarte adonde no sabes salir.
Por castigarte sin hablar.
Por decirte: estás solo.
Porque le rindes cuentas.
Por preferir que cargues
con su dolor de siglos
cuando te sientes nuevo.
Por su imán descabellado.
Por la sed que produce
cuando finge ser agua.
Por su vida paralela.
Por hablarte
cuando quieres dormir.
Por su orgullo de bestia descarriada.
Porque mira a la muerte
con el rabo del ojo
cuando canta oh belleza.
Por no dar explicaciones.
Por suficiente.
Por insuficiente.
Por beberse la sombra de la mañana.

(Luis Muñoz)

viernes, 9 de marzo de 2012

"Deborah Kerr", de Ana Isabel Conejo

Ya, pero el amor,
los relojes, las madreselvas, la brisa de las pistas
de aterrizaje, los pañuelos
anudados al cuello,
las gabardinas de color pistacho.

Pero siempre el amor, sus escalpelos
de cirujano de Beverly Hills,
su costura invisible en los bajos de una falda.

Ya, pero siempre el frío, los reflejos
de los escaparates sobre las avenidas,
siempre la luz del miedo de una pérdida
sobre tu cara triste,
de persona sin suerte.

Pero siempre el amor, esos aviones
que parten, esas huellas de neumáticos
en los senderos de grava del jardín.
Pensamientos y dalias
y otras lujosas flores
del otoño.
Pero siempre el aroma delicado
de las intimidades sin futuro...

 (Ana Isabel Conejo)

miércoles, 7 de marzo de 2012

"Escena para una película", de Eduardo Chirinos

¿Cómo maneja uno los recuerdos? Yo tengo
varios que se alternan y, para colmo, varían
con el tiempo. No son organizados. Un buen
día aparecen y ¡zas! se instalan sin permiso
reclamando alguna música, si es posible
alguna explicación. Ayer, por ejemplo, tenía
siete años y entré sin llamar al dormitorio
de mi madre. La ventana daba a un amplio
jardín donde jugaba el collie, al fondo
renacía una palmera, un floreciente árbol
de papayas. Mamá se pintaba las uñas
de los pies. Parecía estar muy concentrada
y apenas me hizo caso. "¿Por qué te pintas?",
pregunté. "Porque hoy llega tu papá", me
dijo. Y eso fue todo. No. Eso no fue todo.
Su vestido colgaba impaciente de una silla
y una cámara filmaba sus piernas (la
izquierda recogida, la derecha ligeramente
levantada). ¿Qué quería de mí ese recuerdo?
No lo sé. Si le pregunto dirá que no había
ningún collie. Que tal vez había soñado.

(Eduardo Chirinos)

martes, 6 de marzo de 2012

"Arte poética", de Juan Meseguer Velasco

Adoración de ídolos y becerros de oro.
Baile de brujas. Aquelarre.

Pero, ¡cuidado!. ya se acercan.
Escuchemos atentos sus falsas ceremonias...

¡La Palabra Poética! Oooooooooh.

¡¡La Gran Palabra Poética!! Oooooooooh.

Ella ¿nos salvará?

Silencio.

(Juan Meseguer Velasco)

lunes, 5 de marzo de 2012

"Certificado de existencia", de Mario Benedetti

"Ah, ¿quién me salvará de existir?"
Fernando Pessoa

Dijo el fulano presuntuoso /
hoy en el consulado
obtuve el habitual
certificado de existencia

consta aquí que estoy vivo
de manera que basta de calumnias

este papel soberbio / irrefutable
atestigua que existo

si me enfrento al espejo
y mi rostro no está
aguantaré sereno
despejado

¿no llevo acaso en la cartera
mi recién adquirido
mi flamante
certificado de existencia?

vivir / después de todo
no es tan fundamental
lo importante es que alguien
debidamente autorizado
certifique que uno
probablemente existe

cuando abro el diario y leo
mi propia necrológica
me apena que no sepan
que estoy en condiciones
de mostrar dondequiera
y a quien sea
un vigente prolijo y minucioso
certificado de existencia

existo
luego pienso

¿cuántos zutanos andan por la calle
creyendo que están vivos
cuando en rigor carecen del genuino
irremplazable
soberano
certificado de existencia?

(Mario Benedetti)

sábado, 3 de marzo de 2012

"Añoranzas de los enamorados", de Li Ye

No hay nada más profundo que el mar,
así dice todo el mundo.
Mas creo que su profundidad
no alcanza ni en mitad
a la de las cuitas y añoranzas
por el amado ausente.
El mar tiene su orilla,
y éstas no tienen fin.
Laúd en mano, subo al alto pabellón,
vacío, pero lleno de luz de luna.
Vibran acordes de amor.
Se me quiebran las entrañas.
Y también las cuerdas.

(Li Ye)

viernes, 2 de marzo de 2012

"Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío", de Miguel Hernández

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya extraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.

(Miguel Hernández)

"Blues del amo", de Antonio Gamoneda

Va a hacer diecinueve años
que trabajo para un amo.
Hace diecinueve años que me da la comida
y aún no he visto su rostro.

No he visto al amo en diecinueve años
pero todos los días yo me miro a mí mismo
y voy sabiendo poco a poco
cómo es el rostro de mi amo.

Va a hacer diecinueve años
que salgo de mi casa y hace frío
y luego entro en la suya y me pone una luz
amarilla encima de la cabeza...

Y todo el día escribo dieciséis
y mil y dos y ya no puedo más.
Y luego salgo al aire y es de noche
 y vuelvo a casa y ya no puedo vivir.

Cuando vea a mi amo le preguntaré
lo que son mil y dieciséis
y por qué me pone una luz encima de la cabeza.

Cuando esté un día delante de mi amo,
veré su rostro, miraré en su rostro
hasta borrarlo de él y de mí mismo.

(Antonio Gamoneda)

jueves, 1 de marzo de 2012

"Fantasías acerca de mi arte", de Carlos Edmundo de Ory

Nunca espero hacer un verso
ni en invierno ni en verano
Como un niño con mocos
me caen del alma cítaras
Me duele el corazón de ser un genio
Me escondo en algún sábado
y escribo con mi escoba
en un rincón de ala de alguna mariposa
Mi poesía no sale por la puerta de todos:
sale por la rendija del mundo
por las alcantarillas del siglo
por las uñas de un criminal arrepentido
Vamos a la cama vamos a jugar a las tinieblas
Vamos a soñar con un perfil de lobo

Lector te entregaré mi espalda de dos fuegos:
un hombro mío soporta un alfiler
el otro hombro puso un anuncio en el periódico.

(Carlos Edmundo de Ory)