Si hubiéramos ganado la guerra,
con rumor de olas y rugido de tomenta,
Alemania ya no se podría salvar,
y parecería un manicomio.
Se nos domesticaría con notas musicales
como a una tribu salvaje.
Al llegar los sargentos, saltaríamos
de la acera y nos cuadraríamos.
Si hubiéramos ganado la guerra
seríamos un estado orgullloso.
Y hasta en la cama apretaríamos
las manos contra la costura del pantalón.
La mujeres deberían parir niños.
Un niño al año. O a la cárcel.
El Estado necesita niños como conservas
y la sangre les sabe a zumo de frambuesa.
Si hubiéramos ganado la guerra,
el cielo sería nacional.
Los curas llevarían charreteras
y Dios sería general alemán.
La frontera sería una trinchera.
La luna sería el botón de un soldado raso.
Tendríamos un emperador
y un casco en vez de cabeza.
Si hubiéramos ganado la guerra,
todos seríamos soldados.
Un pueblo de cretinos y afustes.
¡Y por todas partes alambradas!
Se nacería siguiendo órdenes.
Porque los hombres son bastante baratos.
Y porque sólo con cañones
no se ganan las guerras.
La razón estaría encadenada.
Y la llevarían a todas horas ante los jueces.
Y habría guerras como operetas.
Si hubiéramos ganado la guerra -
¡afortunadamente no la hemos ganado!
(Erich Kästner)
No hay comentarios:
Publicar un comentario