Escribí mi número telefónico,
Mi nombre y mi dirección
Si de repente muero
Mis amigos vendrán y me identificarán.
Imagino lo que pasará
Si no vienen.
Me quedaré en la morgue dos largas noches
Temblarán los fríos alambres
del teléfono en la noche.
Sonará el timbre.
Sin contestación... una... dos veces.
Alguien le dirá a mi madre que estoy muerto
Mi madre, -triste campesina-
¡Cómo caminará sola en la ciudad
Mi dirección en su mano!
¡Cómo pasará la noche a mi lado
En el silencioso salón
Vencida en su soledad
Consolada en la reclusión de su dolor
Sola, meditando
Sobre sus penas ocultas
Tejiendo mi mortaja con negras lágrimas!
Quisiera que mi madre hubiera tatuado el brazo de su hijo
Para que yo no me extraviara
Para que no traicionara a mi padre
Para que mi primera cara no se escondiera bajo la segunda
Cuando veo a hombres y mujeres salir en silencio
Después de pasar dos horas conmigo
Sin cruzar mirada alguna, sin contemplar otras escenas,
Cuando veo que, en la vida, no hay locura
Y sobre nosotros vuela el pájaro de la quietud
Siento como si de verdad estuviera muerto y yaciera en silencio
Contemplando este mundo agonizante.
(Ahmed Hegazy)
Habla de suicidio?
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